Con la llegada de “Cruella” a las
salas cinematográficas se abre el debate de nuevo ¿Disney está justificando el
mal de sus villanos? O estamos ante un ejercicio de acabar con las visiones
dicotómicas en la cultura pop, dejar de pensar en absolutos, en blanco y negro,
buenos y malos para comenzar a poner
atención a los espacios en gris; aunque la apuesta es interesante porque
permite explorar las razones que convirtieron a simples mortales en icónicas villanas
cabe señalar que en este universo explorado por “Maléfica” y secundado por “Cruella”
siguen existiendo peores personas, lo cual nos llevaría a un interminable
ejercicio de justificación de la maldad…
Reivindicar a los villanos podría
permitir comprender mejor que los absolutos son irreales, ya que tanto las
acciones positivas como las negativas son parte de la naturaleza humana. Las
personas tienen libre albedrío y es el contexto, las circunstancias, las
influencias que se reciban quienes determinan el resto, “adaptarse o morir”
dicta la frase.
Algunos villanos del cine y de los
cómics han sido construidos a partir de una infancia difícil que los convirtió
en los malos. En “Cruella” la justificación del mal deriva de la infancia
complicada y la pérdida de su madre así como su relación con dos ladrones
quienes también eran huérfanos: fue la mezcla que la convirtió en la villana de
“101 dálmatas”; sin duda hay similitudes con uno de los villanos de Marvel:
Kingpin.
Sobre la personalidad psicópata
de los villanos Rodríguez (2016) dice:
Un sentir emocional superficial, una
incapacidad para sentir empatía y una gran habilidad para el engaño y la
manipulación. Todos los rasgos anteriores se encuadran dentro de lo que se
conoce como psicopatía. Además, dentro de la tipología de psicópatas es un
psicópata criminal y sádico (en la forma de perpetrar sus crímenes hace sufrir
a los demás, los humilla e intenta el dominio completo de sus vidas). Su
personalidad, es la expresión extrema del caos, un criminal sin sentido que se
deleita con su naturaleza asesina (op cit).
Ni Maléfica ni Cruella llegan a ser psicópatas porque no
asesinan, hay un límite de maldad en Disney que sus villanas comúnmente no
sobrepasan, no así sus villanos quienes sí llegan a asesinar, o por lo menos
intentar matar al héroe.
En la reivindicación de las villanas hay elementos de lucha
de poder, son mujeres poderosas, dotadas ya sea de un genio creativo desbordado
o de habilidades supernaturales, quienes logran sobrevivir y sobresalir en un
mundo donde la mujer tiene pocos espacios donde pueda ser una líder.
Cruella pierde a alguien importante en su niñez y su
estructura emocional sufre una fuerte sacudida, hay un trauma, su personalidad
es moldeada sin una figura de autoridad en un núcleo familiar prototípico. El
desarrollo de la villana se ve justificado por las circunstancias pero no llega
a tener las características de una psicópata, ya que teme por sus amigos y se
preocupa por ellos, aunque los utiliza no deja de verlos como a su familia.
La personalidad de Cruella se desdobla: Estella es más
centrada, incluso introvertida; mientras que Cruella es extrovertida, segura y
alocada.
En la «personalidad múltiple», la
persona se «olvida» de sí misma involuntariamente y se transforma en otra,
repitiendo este proceso frecuentemente en varias personalidades, de las cuales
existe por lo general una o dos que prevalecen. Lo que es interesante es que
cada una de estas personalidades tiene su propia forma de ser, sentir, pensar y
reaccionar, y hasta en ocasiones una no está de acuerdo con la otra (Rodríguez,
2016)
Durante la película el espectador llega a preguntarse cuál es
la real, es Estella una forma de cumplir con el “deber ser” impuesto y esperado
por la sociedad para una jovencita en esa época o es la representación de la
represión de su ser real: Cruella la extrovertida y genio de la moda.
Bibliografía
Rodríguez, F. (2016). El
perfil psicológico de los grandes villanos del cómic de superhéroes. Departamento
de Psicología UNED, C.A. de Las Palmas de Gran Canaria.
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